Las Tres Diosas
La Diosa Blanca del Nacimiento y del Crecimiento. La Cultivadora Blanca, es el Amor en el mundo, la doncella, la niña. A través de la sanación de la Diosa Blanca aprendemos a recupera la inocencia de la infancia, a crear sueños y manifestarlos y a defender lo que hay de salvaje y de bueno en el mundo con valor. Ella la Guardiana del Espíritu Salvaje. La Diosa Blanca nos enseña a bendecir, crear sueños y proyectos... Reaprender a soñar. Ella es la Magia Blanca, con Ella recuperamos nuestro niño interior y su inocencia, con Ella superamos las pruebas y las frustraciones de un mundo imperfecto, sin cejar en nuestras ilusiones. La Diosa Blanca nos ayuda a manifestar nuestras emociones, a dejarlas fluir y así aprender a no reaccionar. Con Ella, aprendemos a hacer trabajos de purificación y de creación de sueños. Los devotos de la Diosa Blanca manifiestan el Amor en el mundo y esa es su misión y su trabajo: Reencontrarse con el Amor y recibir el don de poder imaginar un mundo mejor.
CULTIVADORA BLANCA
La Diosa Roja del Amor y de la Batalla Sagrada. Ella es la amante, la madre y la guerrera. La Diosa Roja nos ayuda a poner nuestros sueños en movimiento en este mundo y defenderlos, así como defender lo que creemos justo. Ella es la que pare con dolor y su metáfora muchas veces no es tal, sino los dolores de parto real en la vida real. Con Ella aprendemos los trabajos a largo plazo, la paciencia bendita, el esfuerzo y la disciplina y como son ellos los que traen las grandes recompensas a nuestra vida. La Diosa Roja nos enseña la magia roja, la magia de sangre y la magia de exorcismo. Los devotos de la Diosa Roja son los constructores del cambio en el mundo y descansan entres sus amorosos y protectores brazos entre batalla y batalla.
SEGADORA ROJA
La Diosa Negra de la Muerte y de la Adivinación. Ella es la Aventadora Negra, la arpía, la anciana, la esposa. La Diosa Negra rompe en nuestra vida con los escrúpulos que nos limitan negativamente, después del profundo cambio que hemos vivido gracias al Amor, el Trabajo Sagrado y la Paz gracias a ellos alcanzada mediante la devoción a la Diosa Blanca y a la Diosa Roja. Gracias a esta devoción y trabajos anteriores logramos las herramientas, la fuerza y sobre todo el poder personal para poder hacer justicia en nuestras vidas sin rencores ni vendettas. La Diosa Negra muchas veces se ve como una muerte iniciática del mundo de los hombres y la entrada en el mundo de las sacerdotisas. Con Ella se hace el trabajo de sombras y el trabajo de muertos. Ella enseña los fundamentos de la magia negra y a separar el grano de la paja, literal y figuradamente. Los devotos de la Diosa Negra son la justicia mágica en el mundo y el equilibrio entre planos de la naturaleza.
AVENTADORA NEGRA
El Dios del Bosque Sagrado. El Gran Dios es el guardián de todas las cosas salvajes y libres. El Dios del Bosque es la energía sagrada que mueve la rueda de la vida, de la fertilidad y de la magia. A través de Él trascendemos a la muerte de la iniciación y a seguir con divina sabiduría el llamado de nuestra misión de vida, con fuerza y sin desfallecer. Es Él quién nos lleva ante la mirada divina de las Tres Diosas y nos fortalece en las pruebas así como en las alegrías. El Dios fortalece nuestro corazón y nos hace valientes ante la adversidad, aleja el miedo de nuestra mente y las dudas de nuestra Alma. El Gran Dios es el protector de los devotos de la Antigua Religión y la voz de la sabiduría de nuestros ancestros.