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PAGANISMO EVOLUCIONISTA

Maeve

Todos los Santos: Trabajar con los Ancestros


Qué complicada resulta esta época del año para muchos de nosotros. En estos días, los recuerdos y vivencias, buenos, malos, se agolpan en nuestra mente, queramos o no. Creo que el hecho de que las viejas costumbres, visitar a los parientes fallecidos en los cementerios, mantener "altares" con sus fotografías y objetos personales en nuestras casas, se estén perdiendo, están, en buena medida, detrás de esta dificultad para sobrellevar esta época del año.


Como guía espiritual, la relación con los seres queridos es uno de los problemas más importantes a los que me tengo que enfrentar en mis consultas. Para mi sería muy fácil dar consejos o guías para relacionarnos de una manera más sana y espiritualmente más adecuada con nuestros ancestros, pero parecería un recurso fácil. Creo que, en esta ocasión, es mejor que os hable de mi propio Trabajo Sagrado con mis Ancestros. Espero que pueda ser de alguna inspiración.


Como (casi) todo el mundo, mis relaciones familiares son muy imperfectas. De hecho, con varias ramas de mi familia ni siquiera tengo contacto y mi idea de la familia pasa por mi marido, mis perros y unos pocos buenos amigos. En 2012, mi padre falleció y a los pocos meses vino a hacerme una visita. No he conocido a mis abuelos y he tenido la fortuna de que mis seres más queridos y cercanos vivan, así que mi padre fue la primera persona de mi entorno más íntimo en fallecer. Como médium siempre supe que la primera muerte cercana a mi lo cambiaría todo. Me tendría que enfrentar a mi parte más oscura, los conflictos sin resolver, las discusiones sin terminar, los secretos familiares que todos albergamos en el seno de nuestras familias, y empezar por fin mi sagrado trabajo con mis ancestros.


Nuestros seres cercanos fallecidos y nuestros ancestros de sangre están al Otro Lado del Velo dispuestos siempre a ayudarnos, a guiarnos y a acompañarnos. Están deseando ponerse en contacto con nosotros, decirnos lo orgullosos que se sienten de las vidas que llevamos y darnos su pleno Amor y cariño. Donde ellos están ya no existe el Ego, no hay soberbia, egoísmo ni malos entendidos. No nos juzgan y jamás les desilusionamos. Ellos son ahora luz, los guías, y es nuestro trabajo y cometido deshacernos en vida de nuestros miedos, de nuestros rencores, de nuestra necesidad de venganza o de justicia, de nuestros remordimientos y ansiedades por la separación, para poder beneficiarnos y disfrutar de esta relación sagrada y divina con ellos. Es nuestro trabajo crecer y liberamos de las ataduras de nuestro Ego.


No todos nuestros Ancestros están siempre cerca de nosotros. En cada reencarnación nacemos entre un grupo de personas, siempre el mismo, y no todas son almas afines a nosotros. No todas, si quiera, nos quieren. Cada alma está en su propio camino purificador y en ocasiones nos "toca" vivir con auténticos enemigos de la nuestra. Pero los que están, esos nos aman. El problema es que para que podamos entrar en contacto, de una manera sana, espiritual y consoladora con sus energías, tenemos que estar plenamente centrados en el Amor. En lo hermoso que compartimos en vida, si es que hemos coincidido. En lo hermoso que nos une a través de la sangre, si nunca los conocimos...Para mi, con mi historia personal con mis familiares, este proceso de doblegar mi Ego, comprender el significado pleno del Amor de mis Ancestros y poder entrar en comunión espiritual con ellos ha sido, durante muchos años muy, muy difícil, siendo honesta y sincera. Había tanto dolor.


Pero el dolor no nos deja estar con ellos, ni a ellos con nosotros. El dolor, el miedo, el rencor, los remordimientos, alimentan en el mundo astral una figura vacía de alma con la forma de nuestros seres queridos fallecidos. Una forma que no son ellos, ¡jamás serán ellos! pero si los sentimientos negativos son lo suficientemente fuertes, pueden alimentarla tanto que se acaben produciendo fenómenos físicos paranormales. El auténtico contacto con nuestros seres queridos fallecidos es dulce, nos reconforta, nos llena de Amor por la vida y de valor para enfrentar lo venidero. El falso contacto con estas formas astrales alimentadas con nuestros sentimientos más negativos es enervante, nos desasosiega, no permite que olvidemos ni perdonemos, ni nos deja descansar en paz. La única salida que tenemos, por tanto, es el Amor.


Para mi, ha sido más fácil este camino de trabajo con mis seres queridos haciendo un ejercicio de desapego, no viéndoles como papá, o la abuela, o el tío, sino como hombres y mujeres. Hombres y mujeres que trabajaron, lucharon, dieron vida a criaturas, negocios y sueños. Así, este año estoy trabajando con algunos de mis abuelos y bisabuelos. Al no haberlos conocido, y provenir de una familia en la que no se han visitado nunca los cementerios, ni siquiera conocía el emplazamientos de las tumbas de mis abuelos. He empezado a hacer mi árbol genealógico, llamando a Ayuntamientos y registros civiles, contactando con primos lejanos y manteniendo conversaciones telefónicas encantadoras con personas, ya muy ancianas, que les conocieron.


El resultado de esas pesquisas ha sido un pequeño viaje a la tumba de mi abuela, Agripina.


La tumba de mi abuela paterna, a la que no puede conocer porque murió en los años 50, está en un pueblo a apenas 30 minutos en tren de mi ciudad. Decidí ir sola una mañana hace unas semanas para honrarla y pedirla que me permitiera conocerla más, como mujer y como mi abuela. Fue una sensación difícil de explicar, ya os he comentado que soy una persona muy afortunada y no he tenido que visitar cementerios muy a menudo. Tampoco soy muy buena expresando sentimientos. Si os puedo decir que lloré, es cierto, pero también que ese tiempo al pie de una tumba deteriorada que alberga los huesos de una mujer que nunca conocí pero con la que comparto sangre, genes, gestos y muy probablemente hasta gustos, me permitió ser muy consciente de que mi abuela, ante todo, fue una MUJER. Una que luchó y sufrió, disfrutó y rió. Como todos nosotros. Y esta comprensión, que puede parecer rupestre e muy inocente vista desde fuera, es cierto, que me pone en una situación tremendamente vulnerable, también, es la que me está permitiendo librarme de muchos sentimientos que tenía atorados en mi corazón.


Visitar un cementerio, no para maldecir la pérdida o temer a la muerte, sino con los ojos del Alma muy abiertos, puede permitir que de tu corazón fluya puro Amor. Y esa, precisamente esa, es la finalidad del Sagrado Trabajo con los Ancestros. Ahora, siento a mi abuela y a mi padre, a mis tíos y a mi abuelo, a mi linaje, mis ancestros lejanos hasta el principio de los tiempos, aquí cerca de mi, acompañándome, cuidándome, velando por mi. Llenos de Amor. Y este sentimiento consolador y mágico bien merece la pena los años de lucha interior para hacer callar a mi Ego y permitir hablar a mi Alma, en contacto con mis Ancestros.




Nos es más ni menos que lo que deseo para todos nosotros.

Mucho Amor.

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Sobre la autora

Soror Cane

Maeve Madrigal (Soror Cane) es Sacerdotisa de la Diosa desde 2012 y ha dedicado su trayectoria profesional a la divulgación de la Antigua Religión Europea desde una perspectiva evolucionista. Sus producciones audiovisuales, artículos y entrevistas, suman millones de visualizaciones en redes sociales. Con más de 30 años de práctica esotérica a sus espaldas, enseña, guía y oficia en El Camino de Las Diosas En Servicio. Maeve pertenece al Covenant of Hekate y al Temple of Nvit-Isis, es formadora profesional en Autodefensa Psíquica, tarotista y especialista en búsqueda de Misión de Vida.

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