Muy buenas queridos tribalistas, aquí, vuestra servidora Circe retransmitiendo desde la Isla de Eea. Para esta cuarta entrega añadimos una novedad, el formato podcast. Aunque sé que muchos de vosotros disfrutáis con la lectura, también hay otros que preferirían escuchar las entradas mientras van al trabajo o están tranquilamente en casa. Una se tiene que adaptar a los nuevos tiempos y hacer todo lo posible para que os sintáis cómodos en mi humilde morada, pero, no os alarméis, seguiréis teniendo el formato escrito con sus imágenes, sus gifs y, como siempre al final, toda la bibliografía.
¡Bien! ¡Diversión por partida doble!
Con esta entrada inauguramos la tercera sección de la biblioteca, porque claro, toda biblioteca que se precie tiene que estar organizada, y la de esta servidora no iba a ser menos. Cuando empecé este proyecto quería que hubiera como mínimo tres apartados. Un primero dedicado a las tradiciones esotéricas, recordaréis la entrada sobre el Orfismo, un segundo sobre prácticas rituales concretas, ahí tenemos la presentación del culto a los ancestros y los espíritus familiares, y un tercero que hablará de los dioses, todo ello, como sabéis, inscrito en la cultura greco-romana.
Por el título podéis ver que esta tercera sección la vamos a inaugurar por todo lo alto con el fastuoso Dionisio, y os estaréis preguntando: "Circe, ¿Y por qué Dionisio?" Pues básicamente por dos motivos. El primero porque, como veremos a lo largo de esta entrada, estamos en la época del año ideal para hablar de él, y el segundo, y no menos importante, porque me he dado cuenta que en el mundo pagano-brujeril actual se habla muy poquito del Sagrado Masculino y, como bruja del mediterráneo que soy, pues me preocupa. Así que me dejo de rollos, cojo mis crótalos y nos metemos en faena.
Venga, vamos, que te lías como una persiana
"Dionisio subterráneo, escucha mi plegaria,
aparece y ampáranos con las Ninfas de adorables cabellos,
Dionisio Anfieto, magnánimo Dios cíclico que despierto,
el santuario de Perséfone velas, su hogar sagrado donde se ejecutan en paz,
semiocultos, los ritos trienales y los fastos sagrados.
Bajo tu reiterado estímulo, formando gracioso corro,
las doncellas te circundan, cuando entonas tus místicos himnos,
y con animadas danzas de exultante poder
formáis un conjunto coreográfico al que se unen las cíclicas horas.
Ven, bienaventurado, fecundo, divino cornudo,
irradia beneficios sobre estos sagrados iniciados,
acepta el pio incienso, las plegarias,
y haz que prosperen bajo tu tutela los santos frutos"
Himno Órfico a Dionisio Anfieto (1).
Estatua de Dionisio, s. II d. C. Museo del Louvre, París.
Bueno, bueno, bueno, Dionisio, uno de los dioses más simplificados del mediterráneo. Seguro que muchos de vosotros os lo imagináis como un joven ebrio tirado en mitad del bosque... y eso, queridos, es igual que decir que la gran Hécate es un espíritu que vive en los cruces de caminos, porque estamos ante un dios interesantísimo, muy, muy antiguo (su culto se remonta al siglo XV a. C, a la cultura micénica de Creta) y con un poder extraordinario. Lo primero que tenemos que señalar, porque es fundamental para entender su figura, es que Dionisio es una Deidad Ctónica (sí, tranquilidad, habrá una futura entrada sobre las Deidades Ctónicas), es decir, un Dios de la Tierra. Pero no de la tierra sobre la que caminamos, no, sino de la Tierra Profunda, la que está bajo nuestros pies y que nos lleva al Inframundo. No os asustéis, recordad que el Inframundo en el mundo mediterráneo no era sólo un sitio oscuro y tenebroso, también albergaba lugares maravillosos como los Campos Elíseos, donde reinaba la jarana y el despiporre, y, sobre todo, representaba la regeneración de todas las cosas. En consecuencia, estas Deidades de la Tierra Profunda custodiaban los ciclos de la Vida y la Muerte, de la Creación y la Destrucción, y de la Fertilidad y la Esterilidad, por eso, por estar estrechamente vinculadas a los procesos cíclicos, SIEMPRE tienen una fuerte conexión con la Luna. ¿Y cómo encaja nuestro querido Dionisio en todo esto? Pues como Dios Ctónico tiene dos caras, una vinculada a la Fertilidad y otra como Dios Liminal, aunque ambas están muy unidas.
Sí, tribalistas, Dionisio es un Dios Liminal
Vamos a desgranar todo esto con sumo detalle. Dionisio tuvo la particularidad de nacer dos veces, sí, lo sé, suena raro, pero recordar que estamos hablando de dioses. Hay varias versiones sobre este doble nacimiento, sin embargo lo importante es que os quedéis con la siguiente idea: tras una primera gestación interrumpida, este dios estuvo en el Inframundo para volver a nacer por segunda vez. Esa segunda venida al Mundo de los Vivos es lo que lo convierte en un Dios de la Fertilidad.
No voy a profundizar mucho en este aspecto, ya que quiero dedicar otra entrada a este tema, pero os hago la siguiente puntualización: Dionisio representa la Fertilidad y, muy especialmente, la potencia sexual y la libido masculinas, que no deja de ser una fuerza un tanto salvaje y caótica ¡Ojo! Esto no implica que fuera mala, negativa o perversa, quiero que quede claro. Así que, desde temprana fecha se le asocian animales astados, como el toro o el carnero (símbolos por antonomasia de la sexualidad masculina) y el falo (este motivo no creo que haga falta explicarlo), e incluso se le llama "Divino Cornudo" o "Toro Sagrado", como en el himno órfico de más arriba. Así que tenemos aun Dios de la Fertilidad con un carácter salvaje, ligado a la Naturaleza, que porta cuernos... ¿Os suena?
WTF? ¿En el Mediterráneo también hay un Dios Astado?
Y aquí llegamos al punto interesante. Dionisio está unido a lo salvaje, más concretamente, a los Bosques que no han sido domesticados por los hombres. En la conocida tragedia de Eurípides, "Las Bacantes" (la cual os recomiendo encarecidamente) dichos bosques son descritos como lugares de abundancia, fauna y vegetación, pero también como espacios inhóspitos, peligrosos, húmedos y escarpados. Eran lugares en los que existía un continuo ciclo de muerte y renacimiento, lo cual los convertía en sitios de tránsito al Más Allá, y donde se abría una comunicación entre el Mundo de los Vivos y el Mundo de los Muertos. Efectivamente queridos míos, para la cultura greco-romana el Bosque Salvaje es el AXIS MUNDI, un espacio liminal, el velo que separa los mundos. Como ya os he comentado alguna vez, aquí tenéis otra prueba de que no hace falta irse lejos para encontrar respuestas, no es necesario buscar en la magia tradicional de las Islas Británicas para encontrar el concepto de "cerco", en el Mediterráneo también existía, y no era un seto, sino un bosque entero.
¡Yas!
Vaya, cómo ha cambiado la perspectiva, ¿Verdad?. Sin duda, éste es su rasgo más desconocido: Dionisio vive en el AXIS MUNDI, es un Dios Liminal que nos conecta con el conocimiento que hay al otro lado del velo. Pero, lo hace de una forma muy concreta, a través de la conexión con nuestra parte más oscura, más caótica, más intuitiva, en otras palabras, con nuestra Reina de la Noche, nuestra Locura Sagrada. Y esto lo vemos claramente reflejado en su séquito. Por un lado tenemos a los sátiros, criaturas mitad hombre-mitad cabra que representan la parte más animal del ser humano, en especial en lo que se refiere a la sexualidad. Por otro, y que son una auténtica fantasía crisoelefantina, están las Ménades, cuyo nombre significa "las que desvarían". Estas mujeres podían ser bien un grupo de ninfas, pero también se llamaba así a sus sacerdotisas y devotas. Su rasgo principal es que vestían con pieles de animales, reforzando su carácter salvaje, llevaban el pelo suelto, al contrario que las mujeres que vivían en sociedad, y portaban el tirso, una vara con los símbolos de Dionisio: la hiedra, la vid y la piña. Os recomiendo que busquéis el significado esotérico de estas plantas, así veréis por qué están asociadas a este dios.
Ménade. Kylis 490 - 480 a. C. Staatliche Antikensammlungen, Munich.
Ains, las Ménades... ¡Qué maravilla! Si por algo se caracterizaban, además del aspecto salvaje, era por su capacidad de entrar en trance a través del baile, la música y el teatro. Fijaos en este pequeño detalle: es un grupo de mujeres que materializan esa conexión con el Más Allá a través de la Intuición que representa Dionisio. Una vez más, lo femenino aparece vinculado a la intuición y la conexión con lo divino. El trance, la experiencia mística era lo más importante de los Cultos Dionisiacos, porque gracias a ella los iniciados no sólo despertaban sino que adquirían la capacidad de ver lo que otros no podían: ver lo que hay detrás del velo. Estos ritos no estaban exentos de lo que hoy llamaríais excentricidades, pero es que Dionisio es el Loco Sagrado: representa lo caótico, la transgresión de las normas, el misticismo y el trance. A él le corresponden el éxtasis de la música del aulós (2), de las coreografías delirantes y acrobáticas, de las bebidas embriagadoras, de los grandes simposios y del placer sexual. Ahora comprenderéis mejor por qué custodia el Vino, una bebida que altera el estado de la conciencia, el Teatro, el arte que nos permite ser otros, interpretar un "otro yo", o por qué sus cultos se desarrollaban en espacios fuera de la ciudad, donde lo hay civilización ni leyes, y de noche, una clara alusión a lo salvaje e inconsciente.
Dionisio entre ménades y sátiros, relieve s. II d. C. Museos Arqueológico Nacional, Nápoles.
Llegados a este punto, entenderéis por qué os he dicho al principio que ahora era el momento más idóneo para hacer esta entrada. Hemos entrado en la mitad oscura del año y estamos en pleno trabajo de autognosis. Dionisios representa la parte oscura del ser humano, su sombra, aquella que le conecta con su intuición más pura, y sobre todo, es nuestro guía en el Axis Mundi: como ya sabéis, sólo a través del Trabajo de Sombras se abren los centros psíquicos para recibir información del Otro Lado. En ese proceso, es Dionisio quien nos lleva de la mano, quien nos anima a aceptar nuestro "yo" más salvaje, quien nos ayuda a elevar nuestra alma, quien nos enseña a ver las señales y sincronicidades que ocurren a nuestro alrededor, y quien nos muestra lo que hay más allá del velo.
Éxtasis dionisiaco, relieve 50 - 40 a. C, Museo del Prado, Madrid.
Creo que se me ha ido un poco la mano con esta entrada, pero tenía tantas ganas de hablaros de Dionisio que no me he podido resistir. De verdad, espero que os haya servido para conocerlo mejor y para que comprobéis lo mucho que nos puede aportar en nuestro crecimiento como brujos y/o paganos. A modo de reflexión, también espero que os deis cuenta de la terrible simplificación que han sufrido las deidades del mediterráneo, reducidos a un grupo entidades caprichosas que viven inmersos en una telenovela o en un "patio de colegio", lo cual no podía estar más lejos de la realidad.
A todos aquellos tribalistas que sean del mediterráneo o de regiones donde se asentaron estas culturas, la griega y la romana, deseo que me permitáis daros un humilde consejo: sentíos siempre orgullosos de los dioses de vuestros antepasados.
Y hasta aquí la entrada de hoy, como siempre, vuestra servidora Circe os manda mucho amor desde la Isla de Eea.
Mr. Darcy no te pongas celoso, a ti también te queremos
(1) Anfieto es un epíteto que hace alusión a Anfípolis, una ciudad de la antigua Macedonia, donde se rendía un especial culto a Dionisio.
(2) El aulós es una flauta doble originaria de la Antigua Grecia, aunque también existía en Roma donde la llamaban "tibia". Al poder tocar dos escalas musicales diferentes, producía melodías un tanto disonantes, en oposición al tono más fluido de la lira. Siempre estuvo asociado a los cultos de Dionisio, tal y como demuestran las fuentes escritas y las representaciones del arte antiguo, donde aparece siendo tocado por el séquito del dios y sus iniciados.
BIBLIOGRAFÍA:
- EURÍPIDES, Las Bacantes (ed. C. GARCÍA GUAL, L. A. DE CUENCA Y PRADO), Gredos, 1979.
- Himnos Órficos (ed. J. MAYNADÉ), Diana, 1973.
- OVIDIO, Fastos (ed. M. A. MARCOS CASQUERO), Editora Nacional, 1984.
- BERNAL CASADOLA, Darío: "Iconografía dionisiaca en Lucernas de la Hispania Romana", CuPAUAM, 21 (1994), pp. 117 - 158.
- BREVIATTI ÁLVAREZ, Jara: "El paisaje y las mujeres de Tebas en las Bacantes de Eurípides", Minerva, 29 (2016), pp. 93 - 125.
- CALDERÓN SÁNCHEZ, Macarena: "Dionisio y el toro: fuentes literarias y epigráficas", Synthesis, 24/2 (2017), e201.
- CARRIZO, Sebastián: "Inventiva, burla, obscenidad: los orígenes rituales de la yambografía antigua", Circe. De clásicos y modernos, 22/1 (2018), pp. 29 - 48.
- GONZÁLEZ SERRANO, Pilar: "Dionisio: los misterios de la villa de Pompeya", AKROS. Revista de Patrimonio, 8 (2009), pp. 57 - 62.
- HERRERO DE JÁUREGUI, Miguel: "Las fuentes de Clem. Alex., Protr. II 12 - 22: un tratado sobre los misterios y una teogonía órfica", Emérita. Revista de Lingüística y Filología Clásica, LXXV 1 (2007), pp. 19 - 50.
- PÁEZ CASADIEGOS, Yidy: "Las razones de la simposiarca: una aproximación a los misterios dionisiacos", Eidos, 9 (2008), pp. 166 - 197.
- PLÁCIDO SUÁREZ, Domingo: "Los festivales dionisiacos: entre el gozo, el dolor y la gloria", ARYS, 13 (2015), pp. 61 - 75.
- PORRES CABALLERO, Silvia: Dionisio en la poesía lírica griega, Tesis Doctoral, Universidad Complutense de Madrid, 2014.
- RODRÍGUEZ CIDRE, Elsa: "Mujeres, animales y sacrificio en las Bacantes de Eurípides", Asparka, 25 (2014), pp. 19 - 32.
- VALDÉS GUÍA, Miriam: "Las mujeres y la noche en los rituales griegos: las seguidoras de Dionisio en Atenas", ARYS, 8 (2009 - 2010), pp. 43 - 60.
CREDITOS PORTADA:
- Dante Gabriel Rossetti, La Viuda Romana, 1874, Museo de Arte de Ponce (Puerto Rico).
CREDITOS MINIATURA:
- Escultura de Dionisio con la personificación del vino, copia romana 150 - 200 d. C, British Museum, Londres.
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